Habíamos leído maravillas de esta isla antes de venir y pudimos comprobar que todo eso era real. Enormes playas de arena blanca, kilómetros de palmeras cubriendo el interior de la isla, manglares que rodean la costa y montañas rocosas que esconden increíbles lagunas. Todo esto conservado de la manera más salvaje, sin apenas modificar por el ser humano y con una población cercana que te intentará ayudar de cualquier modo, para mostrarte lo bonita que es su isla.